LA FORMACION
Los Pumas saltaron al Estadio Azul con el dibujo táctico del 1-4-4-1-1. En el arco, Alfredo Saldívar. La línea de cuatro defensores estaba compuesta por Alan Mozo, Luis Fernando Quintana, Alejandro Arribas y Luis Fuentes. En el medio campo se posicionaron Pablo Barrera, David Cabrera, Marcelo Díaz y Jesús Gallardo. En el ataque estaban como media punta Mauro Formica y en el eje del ataque Nico Castillo.
LA SALIDA
Cuando el equipo de los Pumas tenía la salida la iniciaban los centrales, Arribas posteriormente Mendoza a su ingreso, o Quintana. A ellos se le agregaba Marcelo Díaz quien se posicionaba entre estos. Fuentes y Mozo cerraban y cumplían con la función de laterales interiorizados, así, los Pumas formaban dos líneas muy claras de tres jugadores para generar superioridad numérica en ese sector del campo y que la salida fuera más limpia.
POSICIONAMIENTO EN ATAQUE
Los Pumas saltaron con una formación base de 1-4-4-1-1. Mauro Formica por detrás de Nico Castillo, dibujo táctico habitual bajo el mando de David Patiño, pero cuando atacaban Mauro se posicionaba al lado de Castillo para competir en el mano a mano contra los centrales cementeros y quedaban los emparejamientos de Castillo y Formica v Roco y Domínguez.
APROVECHAMIENTO A LA ESPALDA DEL RIVAL
Pumas recordó aquellos trazos que al inicio del torneo les dieron resultados, dejaron los trazos frontales fáciles para los centrales y buscaron ganar a la espalda del lateral. Barrera y Gallardo eran los receptores. Así liberaban a Nico Castillo, quien también hacía las tareas de poste, así es como se genera la jugada del penal que le diera la ventaja parcial a los universitarios.
LÍNEA DE 5 NOMINAL
Ya con los cambios hechos de los cementeros tenían a dos delanteros fijos, y estaban mano a mano contra Quintana y Mendoza, David Patiño modificó y en defensa mandó a Gallardo como carrilero por izquierda. Dejando en pasillo central a Quintana, Mendoza y Fuentes para competir con Méndez y Cauteruccio.
CONCLUSIONES
Pumas regresó a las bases, a esos conceptos que en el inicio del torneo los colocó en la cima de la tabla general del Clausura 2018, regresaron a la posesión del balón, a la paciencia en cuanto a la generación del juego, al pase horizontal para atraer marca y después ir con el pase vertical a la espalda del lateral rival. Nico Castillo moviéndose y haciendo la función de poste, bajando el balón para sus compañeros, haciendo rupturas de desmarque y de apoyo a las bandas para ganar balones en pasillo lateral.
Pero cuando mejor se vio Cruz Azul en el primer tiempo fue cuando Pumas cedió la iniciativa del juego, y así pasó en el segundo tiempo y sobre todo en los minutos finales. Los universitarios confiaron en su defensa y apostaron por las transiciones defensa-ataque rápidas.
David Patiño en un inicio mandó a Mendoza por la lesión de Arribas, quedando la defensa central con Quintana y el recién ingresado Mendoza. Posteriormente mandó a Abraham González un jugador más de medio campo, más de generación de juego para ganar precisamente ahí en el medio campo, y posteriormente sacó a Barrera y metió a Van Rankin.
Con esto y sumado a la incorporación de Gallardo en la defensa como carrilero por izquierda a los Pumas se les veía con línea de cinco nominal, en incluso hasta con línea de seis o hasta siete circunstancial, si bien los cambios ofensivos de Caixinha metieron a los Pumas a su propio campo, los universitarios cedieron la iniciativa del juego para que este terminara igualado en el marcador a un tanto.